jueves, 15 de marzo de 2012

¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?


Releyendo la entrada anterior me ha venido a la mente la siguiente cuestión ,"¿qué fue primero: el huevo o la gallina?. O lo que que traducido vendría a ser: ¿nos gusta un juego porque se nos da bien o se nos da bien porque nos gusta?. 

Está claro que existen juegos que se nos dan de pena y aún así nos parece unas maravillas, Alta Tensión en mi caso, pero cuando un juego se nos da bien raro es el caso que no disfrutemos con él. Y esto puede ser debido a:
  • Nos gusta un juego porque se nos da bien. Por un lado tenemos que al jugar vemos que comprendemos la dinámica del juego y podemos llevarla por donde queremos. Dándosenos bien el juego y esa realización nos lleva a estar interesados por el juego.
  • Nos gusta y por ello se nos da bien. O por el contrario, está que el juego nos parece bueno y eso nos lleva a interesarnos más en la partida, involucrándonos más en ella y por eso llegamos a jugar bien.
Así que la duda de si fue antes el huevo o la gallina perdura. Tal vez haya algo de verdad en ambas afirmaciones, vaya usted a saber.

4 comentarios:

  1. En la entrada anterior he estado tentado de comentar que los que gano desde el principio me encantan.
    Pero la verdad es que creo que en mi caso se da más la primera afirmación, y es que cuando un juego se me da bien, me gusta. Quizás no como para que si se me diera mal no me gustara, pero si como para que si para mi fuera un 7, se convierta en un 8 o un 9.
    No tengo el caso contrario (que no me guste porque se me de mal), pero lo que no me ocurre siempre es que me guste y por eso se me de bien, de hecho tengo muchos juegos que me gustan mucho y que pierdo con regularidad.

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  2. Yo creo que en ambos preceptos hay gran parte de verdad. A veces nos gusta influídos porque se nos da bien, pero eso no contradice lo otro, que se dé bien y que por ello nos guste. O no. Porque hay juegos que se te pueden dar fatal y te encanten. En mi caso los de dados, que no me quieren nada y me lo paso como un crío.

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  3. Es correcto, yo he estado en ambas situaciones (que se me de bien un juego y me guste, y que se me de mal y también me guste), con lo cual veo que no es un parámetro que afecte. Lo que sí es verdad es que un juego, con resultados ajustados, que en los últimos turnos no puedes permanecer en la silla, que ganas en el último segundo gracias a una tirada de dados o una última jugada maestra, y que no puedes evitar hacer el baile de la victoria y vociferar en voz alta "TOMA, TOMA". En esas situaciones es tal la adrenalina (sobretodo si estás en el bando vencedor) que ese juego pasa sin remedio a tu top 5 particular

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  4. Pues yo en mi caso no es el primer precepto una verdad absoluta, porque ya son varios los casos de juegos que se me han dado bien y me han parecido castañas pilongas (me pasa en ellos lo típico de que gano sin esforzarme demasiado mientras los demás, entusiasmados con la maravilla de sus mecánicas, no consiguen alcanzarme; aunque eso no significa que gane mucho en general).

    Lo de que pierdas siempre y te encante el juego creo que es una máxima universal.

    Lo de que me guste mucho un juego y se me dé bien... eso creo yo que no está unido por una relación de causalidad. Es más, cada vez más me parece que los euros están contaminados por cierto caos y creo menos en que, si haces tus tareas, serás recompensado. Estaré en crisis de fe, supongo...

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